Hilario Olazarán de Estella
Músico navarro: organista, compositor, profesor de piano, txistu y tamboril. Nació en Estella el 9 de febrero de 1894. Murió en Pamplona el 29 de junio de 1973.
Capuchino, es conocido por su nombre religioso: Hilario Olazarán de Estella. En su villa natal, empezó a estudiar solfeo y piano con Moisés Bailós Albéniz, organista de la parroquia de San Juan; en Pamplona cursó armonía con Bonifacio Iraizoz la que perfeccionó en San Sebastián con el maestro Francisco Escudero. Terminada su carrera eclesiástica y ordenado sacerdote, el año 1917, al siguiente lo destinaron al Colegio de Lekaroz, Baztán, donde colaboró con el padre Donostia en conciertos de violín y piano a la par que recibió de él lecciones de composición. En 1925, Olazarán de Estella se trasladó al monasterio benedictino francés de Solesmes; estudió canto gregoriano y su acompañamiento de órgano.
Ese mismo año publicó su primera obra para piano, inspirada en el folklore de Navarra, Mutil-Dantza de Baztán, baile de mozos; la precede un prólogo-estudio en euskera y en castellano con dioramas coreográficos. En un certamen convocado por el Orfeón Pamplonés le premiaron su composición a cuatro voces mixtas Done Bartolometan, y en otro, su producción, también a cuatro voces mixtas, Oración a la Virgen del Puy; ambas páginas son como un poema musical inspirado por las fiestas del 24 de agosto del pueblo de Lecároz y por la muerte de los generales fusilados tras la iglesia del Puy, el año 1839. La poesía en euskera de Done Bartolometan es original de Agustín de Estella, hermano del padre Olazarán (firmaba Pater Augustinus de Lizarra), que ejerció el profesorado en el Colegio de Lekaroz durante veinte años.
Ha dado extraordinaria popularidad al músico que biografiamos su Método de txistu y tamboril, publicado por la revista de cultura vasca Euskalerriaren Alde, de San Sebastián, en 1927, a continuación de haber ganado dicha obra didáctica el primer premio en el Certamen Histórico-Literario que convocó la nombrada publicación. Es el primer Método de txistu que se editó y en él han aprendido a tañerlo muchos cientos de muchachos del País Vasco. En 1932 se hizo otra edición considerablemente aumentada, con portada en colores, artística y simbólica del artista navarro Francisco Javier de Frutos, y en 1955 apareció una tercera edición con un estudio arqueológico titulado “Iconografía del Txistulari”, en el que se reproducen figuras de txistularis de las fachadas del monasterio de la Oliva (Navarra), catedral e iglesia de San Cernín, de Pamplona, iglesia de Sainte Engrace (Zuberoa), etc.
El padre Olazarán es autor de las piezas para tres voces de txistu con tamboril (premiadas en diferentes concursos): Eguberria; Mixintxo; Litxu; Txoriak; Arkaitzak y Edurne. El año 1929 publicó, en partitura para piano, con prólogo-estudio, el Baile de la era de Estella, y en 1931 el Ingurutxo, de Leiza, precedido de prólogo bilingüe, castellano y vasco, en el que estudia las melodías que recogió directamente del viejo txistulari de Leiza, Evaristo de Elduayen. Con destino a sus pequeños alumnos de piano compuso cinco piezas tituladas Infantiles, y para acompañar ejercicios de gimnasia, un cuaderno para canto y piano, Gimnasia Lecároz, según el método sueco Kumbien-Ling, con música de tipo popular.
En noviembre de 1936 lo mandaron como misionero a Chile donde permaneció hasta 1963. En sus misiones por el campo chileno, su cordillera de los Andes y su orilla del Océano Pacífico, empleó el txistu y tamboril de su tierra natal para amenizar sus trabajos misionales, catecismo, procesiones, actos culturales…, con gran complacencia y curiosidad de sus oyentes. En emisoras de radio de Concepción y Valparaíso actuó narrando cuentos y leyendas piadosas con fondo musical de piano, que él mismo creaba y ejecutaba.
En Melodías, revista perteneciente a Tesoro Sacro Musical, tiene publicadas el padre Olazarán una Misa de difuntosa una voz, colecciones de Piezas para órgano, y después de la reforma litúrgica, dos Misas en castellano, una en honor de Santa María de Echálaz (Egüés, Navarra) y la otra, de difuntos, a dos voces blancas, para los niños cantores de la Escolanía de San Antonio, de la que es director. Datan de 1957 dos cuadernos de piano con música de Navarra, Danzas de Baztán y Dantza-Soñu, y de 1966 otro cuaderno para piano Yoku-Dantzak (Danzas-Juego de Navarra) que reúne diecinueve pequeñas danzas-juego.
En 1968 terminó un Tratado de txistu y gaita de Estella en el que se incluyen seis piezas a dúo para gaitas. En agosto de 1969 es premiado en Torrevieja como autor de la mejor composición con la obra Mendigoizaleak. En 1971 se le tributó un caluroso homenaje en el frontón de Estella; al acto, organizado en gran parte por Bello Portu, acudieron cuadros de danza y grupos de txistularis procedentes de todo el País. En él se le impuso la medalla de oro de la Asociación de Txistularis del País Vasco.
A su figura se dedicó un número completo, el 159, de la revista Txistulari. Según Lorenzo Ondarra, su música es natural, espontánea, poética y atrayente, muy acorde con su faceta de gran improvisador.