Ayer, 18 de septiembre, se celebró en Vitoria-Gasteiz la entrega de los galardones del Celedón de Oro, en el que también se estrenaron dos obras para txistu y banda de música, tal y como avanzamos en esta noticia. El txistulari y delegado de EHTE en Álava, Gorka Hermosilla nos remite este artículo al respecto.
Ayer tarde se celebró como todos los años en Vitoria la entrega de los Celedones de Oro 2018, estatuillas que en esta ocasión recayeron en el grupo verbenero Joselu Anaiak y el txistulari Jesús Moraza. La Banda Municipal de Música acompañó en todo el evento bajo la dirección de Hilario Extremiana y con intervenciones del txistulari zestoarra Garikoitz Mendizabal.
Fue una gala emotiva, con momentos en donde los homenajeados se asomaron al abismo del llanto, con un hermoso discurso, entorno a la música, que encontró en el público del teatro principal, un público que lo supo entender y reconocer con un sonoro aplauso.
Garikoitz Mendizabal sigue haciendo de las suyas. Con su estilo particular deleitó al público con un alarde y descaro al txistu y tamboril al que ya nos tiene acostumbrados, pero que no por ello, deja de gustar y divertir como siempre. Y esa fue la sensación de los allí presentes, la banda fabulosa y precisa como un reloj suizo, y el txistu, juguetón, ameno y con ese evocador sonido a lo nuestro, que te transporta y emociona, y que te hace disfrutar como un niño. ¡¡Sí señor!! No había mejor homenaje a un txistulari como Jesús Moraza que el señor Garikoitz fluyendo con la música a través de su txistu. ¡¡Zorionak a la Banda Municipal y a Garikoitz! Pero sobre todo, ¡Zorionak Moraza! y ¡Zorionak Joselu Anaiak!