El anuncio de homenaje y concesión de la medalla de oro de Euskal Herriko Txistularien Elkartea a Miguel Angel Sagaseta es el motivo de este artículo firmado por José Manuel Albeniz Sainz, en el que hace un repaso a la trayectoria del homeajeado.
Miguel Angel Sagaseta Ariztegi nació en 1941 en Ituren, pronto cogió gusto por las danzas al ver bailar a su padre, “bailaba muy bien y era uno de los primeros en salir a bailar el zortziko” y a su hermano Aurelio tocando con uno de aquellos txistus fabricados por Juan Miguel Biurrarena Izkibo.
Años más tarde estudio en el seminario y allí, fue donde aprendió solfeo y txistu, aunque como dice su hermano Aurelio, “Miguel Angel es autodidacta”.
En 1966 cuando fue ordenado sacerdote, tomo posesión de la Parroquia de Luzaide y allí… pero lo mejor es oír al propio Sagaseta: “cuando veía a los Bolantes bailando sentía que para ellos era algo mágico, sagrado, lo hacían de una manera majestuosa y en total sincronización entre ellos, pensé que pena si se perdieran están danzas, y me puse a recopilarlas, en un principio solo quería las de Luzaide, pero había muchas más y tuve que recogerlas todas”. Así que se fue a los demás pueblos Aldude, Arnegi, Azkarate, Banka, Baigorri, Donaisti, Donapaleu, etc. Recogiendo todo cuanto pudo.
Hay que decir, que recorrió con su moto todo Lapurdi, Behe Nafarroa y Zuberoa, yendo de casa en casa y de pueblo en pueblo, para recoger toda música y Jautzis que le informaban y cantaban, recuerda que en algunos casos volvió hasta en seis ocasiones para entrevistarse con la misma persona, hasta que no tuviera ninguna duda que lo que le transmitían era lo correcto.
Con todos los Jautzis y música recopiladas, editó en 1977 el Libro Luzaideko Iantzak, este libro fue todo un éxito se agoto en poco tiempo. Previamente al libro, Miguel Angel Sagaseta había publicado el artículo Estudio de los bailes de Valcarlos, que apareció en el número 20 de la revista Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra.
En 1973 fue trasladado a Leiza y allí grabo a los txistularis locales, pasando al papel pautado lo grabado y creó una escuela de txistu, cuando volvieron a trasladarlo a Etxarri Aranatz, legó a la escuela por él creada, toda las grabaciones y partituras, recopiladas. En la actualidad ejerce de párroco en Urdiain, donde es muy querido y respetado por todos los del pueblo.
La Asociación de Txistularis (Euskal Herriko Txistulari Elkartea) en asamblea General celebrada el 10 de marzo de 2018 en Murguía, votó de manera mayoritaria el concederle la medalla de oro de dicha asociación, por los meritos en la recopilación de gran parte del folclore bajonavarro.
Sin esta aportación de Miguel Angel Sagaseta muchos de los Jautzis que actualmente se bailan en nuestros pueblos y plazas se habrían perdido.