Jose Inazio Ansorena Miner

La Respiración

 

 
 

Si en la vida cotidiana la respiración tiene una importancia mucho más grande que la de pura supervivencia, como han puesto de relieve diversos movimientos de tipo contemplativo o las técnicas sofrológicas, para quien ha de ser intérprete de un instrumento de viento, esta importancia adquiere caracteres especialmente relevantes. En efecto, lo que es el arco para el violinista, lo es para un instrumentista de viento el aire espirado. En nuestro caso concreto, el de los txistularis, resulta curioso que nunca nadie se haya lanzado a realizar un estudio sistemático de la respiración, ya que, sin lugar a dudas, se puede afirmar que gran cantidad de fallos de ejecución y de fracasos pedagógicos se han debido a una respiración deficiente. Ciertamente, en muchas ocasiones, los mismos instrumentos que hemos tenido que utilizar, por ser demasiado duros, han condicionado la mala resolución del problema respiratorio.

1.-EL APARATO RESPIRATORIO: FUNCIONAMIENTO Y EJERCICOS

Antes de entrar en el estudio de la respiración en nuestro instrumento, conviene nociones generales sobre el funcionamiento del aparato respiratorio.

1.1.-Los elementos que integran el aparato respiratorio son los siguientes: la boca y la nariz, la tráquea, los pulmones y el diafragma (fig. 1)

Figura 1

1.-Laringe
2.-Traquea)
3.-Pulmón derecho
4.-Pulmón izquierdo
5.-Diafragma
6.-Hígado
7.-Riñón
8 y 9.-Costillas
10.-Esternón

El aire penetra por la boca o por la nariz, pasa por la tráquea y, a través de los dos brazos de ésta, penetra en los pulmones. El diafragma es un ancho músculo transversal que separa los órganos respiratorios de los digestivos y que resulta ser el principal agente del movimiento respiratorio. El movimiento respiratorio consta de dos fases, la inspiración y la espiración, Entre las cuales se mantiene un breve instante de suspensión y bloqueo del aire. En la inspiración, las cavidades pulmonares aumentan de tamaño a medida que la caja torácica se dilata, como consecuencia del descenso del diafragma. De forma automática se produce también la elevación de las costillas. En la espiración, se produce una elevación del diafragma y un descenso de las costillas que provocan la expulsión de una gran parte del aire contenido en los pulmones. Este aire que lanzamos al espirar es el que, puesto a vibrar en el tubo sonoro que es el txistu, produce el sonido musical (fig. 2).

figura 2

1.-Traquea)
2.-Pulmones
3.-Tórax

A.-Diafragma en pausa
B.-Diafragma hacia abajo al tomar aire

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1.2. Se acaba de explicar cómo funciona el aparato respiratorio. Pero hay dos órganos que se presentan con la misma funcionalidad: servir de puerta a la entrada de aire. Estos son la boca y la nariz. ¿Es exactamente igual la respiración por una o por otra? ¿Es tan sólo cuestión de costumbre? Efectivamente no. Veamos cuáles son sus diferencias, que luego nos harán optar por una u otra.

El conducto nasal, desde el punto de vista higiénico o sanitario, presenta indudables ventajas. El aire que se obtiene por su medio llega a los pulmones ya filtrado en las fosas nasales y además caliente. La respiración bucal no filtra el aire ni lo calienta. Sin embargo, presenta también una ventaja respecto a la anterior, y es que en muy poco tiempo puede inspirarse una cantidad de aire considerablemente mayor.

1.3.-En lo dicho hasta ahora, hay algo que, por su importancia, conviene recalcar especialmente. La petición de aire para los pulmones se realiza por medio del diafragma, situado justamente encima del estómago. No hace falta, por tanto, en absoluto ese intento de comerse el aire que algunos suelen realizar cuando respiran por la boca. Para respirar por la boca es suficiente levantar levemente el labio superior que reposa sobre la boquilla del txistu. El resto corre a cargo del diafragma.

1.4.-Se da la circunstancia de que, aunque parezca extraño, gran cantidad de gente no sabe respirar en forma correcta. Al menos de forma consciente, lo cual es necesario para nosotros. Por otra parte, existe también bastante gente que, por una razón o por otra, no utiliza hasta el máximo de su capacidad -muchas veces ni se acerca a este máximo- pulmonar. Por ello, me voy a permitir proponer dos ejercicios respiratorios con objetos diversos.

El primero tiene por objeto la búsqueda de la capacidad pulmonar máxima, además de ayudarnos a controlar la penetración nasal. Ha de realizarse según el ritmo que marcan los latidos del corazón. Consta de varios tiempos que paso a describir.

  • 1) Se obtura con el dedo índice de la mano izquierda la ventana de la nariz del mismo lado, para durante seis latidos inspirar profundamente por la ventana derecha.
  • 2) Suspenso de la respiración durante tres pulsaciones.
  • 3) De nuevo durante seis pulsaciones, se aspira el aire por la ventana izquierda de la nariz, que ha sido previamente desobturada, de la misma forma que la derecha ha pasado a estar cerrada ahora.
  • 4) Nuevo suspenso de la respiración durante tres latidos.
  • 5) Se inspira por la ventana izquierda durante seis pulsaciones (la derecha continúa obturada).
  • 6) Suspenso de la respiración durante tres pulsaciones.
  • 7) Se cierra la ventana izquierda y durante seis latidos se espira por la derecha. El ejercicio continúa siempre de esta forma alternativa entre los dos orificios, dejando siempre entre inspiración y espiración tres pulsaciones de suspenso.

El otro ejercicio tiene por objeto controlar la emisión del aire en la espiración. El aire es la energía de nuestro sonido y no debemos malgastarlo emitiendo más cantidad de él que la necesaria para producir el matiz y la entonación adecuados. Después de una inspiración profunda, hemos de colocar los labios afilados, como lo hacemos al silbar o al soplar por un canuto y comenzar a espirar aire sobre la mano. El canal de salida de aire debe ser muy estrecho -podemos imaginar que queremos hacerlo pasar por el ojo de una aguja de coser-. Hay una forma de comprobar si efectivamente espiramos el aire poco a poco o en cantidad excesiva. Si la sensación que notamos en la mano es de aire caliente, estamos espirando demasiado aprisa. Si sentimos el aire como frío y compacto realizamos el ejercicio correctamente. Por señalar una duración media de la espiración, parece que treinta segundos constituye un tiempo de espiración apreciable y, a la vez, no excesivo. La frecuente realización de estos dos ejercicios nos ayudará, en primer lugar, a conocer nuestra verdadera capacidad pulmonar y consecuentemente a utilizarla; y en segundo lugar, a aprovechar más gradualmente el aire que introducimos en los pulmones, con una espiración controlada.

2.-LA EJECUCION MUSICAL Y LAS RESPIRACIONES

Como venimos insistiendo, para la ejecución musical de instrumentos de viento y del txistu, por tanto, es indispensable un buen acopio de aire y una mesurada y gradual dosificación a la hora de espirarlo. Junto a esto, hay otra serie de aspectos que vamos a tratar de abordar ahora.

2.1.-En primer lugar, podemos aventurar una clasificación de las respiraciones, según el lugar que ocupen en la frase musical. Distinguimos entre respiraciones propias y respiraciones impropias.

2.1-1.-Las respiraciones propias son aquellas que se realizan en los momentos que la misma frase musical concede tiempo para hacerlas, es decir, en los silencios. Precisamente las llamamos propias porque no exigen ningún recorte de la partitura para realizarse. Por ello mismo, no suelen marcarse con ningún signo especial, salvo el silencio citado. Por su misma esencia, las respiraciones propias son de aprovisionamiento y deben aportar gran cantidad de aire. Siendo así, su canal natural de entrada será la boca. Hay quien es capaz de respirar a la vez por la boca y la nariz, consiguiendo mayor cantidad de aire aún. No parece desaconsejable esta doble vía. Sin embargo, el solo uso de la vía nasal para las respiraciones propias, por la menor cantidad de aire que aporta, hipotecará sin duda la interpretación de la frase musical, ya que nos exigirá mayor número de respiraciones impropias y nos colocará en situación de agobio y tensión.

Si la embocadura es correcta -ya he publicado anteriormente mi punto de vista al respecto, la respiración por la boca no debe presentar problemas. La boquilla descansa, apenas introducida en la boca, sobre el labio inferior que a su vez cubre los dientes del maxilar inferior. El labio y los dientes superiores están suavemente posados sobre la boquilla. Basta con levantar ligeramente éstos para que podamos captar una gran cantidad de aire.

Por el contrario, no interesa en absoluto mover ni el labio ni el maxilar inferior, y a que ello da lugar a una cierta pérdida de equilibrio del instrumento. La posición natural, en la que el ejecutante domina al máximo el equilibrio y las posibilidades del txistu, ha de mantenerse siempre.

La inspiración correcta, que producirá la sensación de que los pulmones van llenándose de abajo hacia arriba, no debe dar lugar a ningún tipo de ruido. Si éste se produce, obsérvese detenidamente al alumno: posiblemente tenga alguna enfermedad que afecte a las vías respiratorias (bronquitis, sinusitis, etc.) o no sepa respirar correctamente. En este caso, se le enviará al médico. Sin una respiración normal es totalmente inconveniente la práctica de un instrumento de viento.

2.1.2.-Llamamos respiraciones impropias a aquellas para las cuales la partitura no concede teóricamente ningún lapso de tiempo. Precisamente por esto las llamamos impropias, ya que una respiración siempre supone, por muy pequeña que sea, una cierta interrupción de la columna sonora.

De la misma forma que las propias son de aprovisionamiento, las respiraciones impropias son de mantenimiento. Su labor consiste fundamentalmente en mantener al ejecutante holgado en los fragmentos en que las respiraciones propias resulten insuficientes. La cantidad de aire que aportan es siempre pequeña, aunque guardará siempre relación proporcional con el valor de las figuras entre las que se realice y con el tempo del fragmento. Cuanto mayor sea el número de figuras y de menor valor, y cuanto más movido sea el tempo, más breves habrán de realizarse estas respiraciones. A la inversa, a tempo más lento y menor número de figuras con valores mayores, más lapso para la respiración. Hay casos en que una respiración propia, en un tiempo Presto por ejemplo, cuenta con menos tiempo para su realización que una impropia, en un adagio por ejemplo:

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No obstante, las impropias que pueden presentar alguna dificultad son las que han de realizarse brevemente, y a éstas nos referiremos fundamentalmente.

Suelen señalarse con una pequeña coma y es conveniente marcarlas en las obras para evitar olvidos y despistes. En algunas obras, las respiraciones impropias vienen marcadas por medio de las ligaduras de fraseo, que indican las partes que integran la frase musical. En principio, según la teoría de la música, nunca puede respirarse dentro de una de estas ligaduras. Habría que hacerlo entre ligaduras. Sin embargo, con demasiada frecuencia nos encontramos con obras en que las ligaduras de fraseo están mal colocadas y exigen verdaderos excesos respiratorios. En estos casos, lo mejor es corregirlas.

No puede señalarse un único canal para estas respiraciones, ya que dependerá del ejecutante y de la brevedad de las mismas. Por mi experiencia personal, creo poder señalar, no obstante, que la respiración bucal es mucho más generosa y siempre válida. La respiración nasal es eficaz en muy pocos casos. De todas maneras, en éstos puede usarse.

2.3.-Dónde y cuándo deben realizarse las respiraciones impropias es una pregunta a la que voy a tratar de contestar a continuación.

En primer lugar, quiero señalar que han de ser relativamente abundantes. Eso quiere decir varias cosas. Primeramente, que no conviene engañarse ni forzarse y pretender que no respiramos donde lo hacemos o pretender no hacerlo donde lo necesitamos. Esto en algún caso incluso nos llevará a tener que retocar determinadas obras en las que sus autores se han excedido. En concreto en las piezas con "variaciones" tenemos en nuestra revista publicado más de un exceso de este tipo. En éstos casos, insisto, corrijámoslos: más vale ejecución correcta con algún retoque a la partitura, que ejecución incorrecta por querer respetar la partitura al máximo.

La relativa abundancia no debe llegar, sin embargo, al extremo de resultar una carga para la partitura y quitarle agilidad y continuidad.

Atendiendo ya en concreto a la pregunta planteada, hay que decir que el criterio para la colocación de las respiraciones impropias parte de la noción de estructura. En efecto, la frase musical constituye una estructura organizada de valores musicales y rítmicos, compuesta por unidades, que a su vez pueden estar formadas por subunidades, etc. Las respiraciones impropias habrán de realizarse entre las diferentes unidades, o subunidades si es necesario, pero nunca dentro de ellas.

El conocimiento de la estructuración de la frase musical en estas unidades es relativamente costoso y requiere de una cierta formación en el terreno de las formas musicales. No obstante, la intuición musical suele dar' rápidamente con los puntos adecuados. Para el conocimiento de las unidades básicas que componen la estructura de la frase suele tener importancia definitiva a la anacrusa, ya que su presencia gravita a lo largo de toda la frase.

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Después de calderón o tenuto, aprovechando el margen que deja la vuelta al tempo suspendido por unos instantes, conviene realizar siempre una respiración, aunque no exista ningún valor en silencio escrito.

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2.4-Desde otro punto de vista, las respiraciones pueden clasificarse en completas y medias.La diferencia estriba en la forma de realizar la inspiración. En los ejemplos citados hasta ahora, son todas completas. En las medias respiraciones, en las cuales el tiempo para realizar la inspiración es mínimo, el aire se toma sin abrir para nada la cavidad bucal y a través de la boquilla del instrumento, para no perder nada de tiempo. La respiración, que -insistimos debe ser brevísima, es casi un rebote de la articulación de la nota precedente, a la cual roba el tiempo que dura.

Aunque las medias respiraciones son casi siempre impropias, a veces pueden ser propias, lo cual no altera en absoluto su forma de realización.

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Se utilizan en las siguientes ocasiones: después de un período relativamente largo sin respiración y ante un calderón o tenuto;

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Se utilizan asimismo en los períodos largos y sin silencios en los que o el tempo rápido o las figuraciones de muchas notas, no den lugar a la realización de respiraciones completas.

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Excepto cuando la media respiración es propia, cuando por ejemplo se realiza aprovechando la segunda mitad de una nota en staccatto, que teóricamente es silencio, las medias respiraciones deben producirse con el debido respeto a la estructuración de cada forma musical que hemos explicado en 2.3.

Se señalarán exactamente igual que las impropias, con una coma.

3.-ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE LA ENSEÑANZA DE LA RESPIRACION

Y a hemos señalado la gran importancia de la respiración para conseguir una técnica Correcta. Por ello, desde el comienzo de los estudios debe insistírsele al alumno en este tema. Se le explicará el correcto funcionamiento del aparato respiratorio y se le propondrán ejercicios destinados a controlarlo. Desde el comienzo también, se le enseñará una colocación del instrumento en la embocadura ordenada a una buena respiración. Considero asimismo muy importante para evitar fatigas innecesarias y fracasos perfectamente soslayables que el profesor rechace los instrumentos excesivamente duros, que obligan al ejecutante a un gasto de aire y una energía articulatoria superior a la normal.

3.1.-Con el objeto de que el alumno se habitúe a localizar adecuadamente las respiraciones, desde el comienzo de sus estudios procuraremos marcarlas en las partituras de forma razonada, para pedirle en cuanto tenga un pequeño conocimiento del tema que las coloque él, con la posterior supervisión del profesor, por supuesto.

Téngase en cuenta que nuestro objetivo consiste en que el alumno consiga hacer consciente la respiración, como paso previo para darle una resolución adecuada.

3.2.-Nunca deben exigirse excesos respiratorios al ejecutante, pero mucho menos en sus primeros pasos con el instrumento. Esto debe tenerlo muy en cuenta el profesor -ya que los métodos actuales no responden en forma alguna a un estudio sistemático de la respiración y corregir sin titubeo las ligaduras excesivamente largas que ahogan al aspirante a txistulari. Interesa que el ejecutante esté siempre relajado y bien servido de aire. Por ejemplo, en el método de mi abuelo (Txistu ots gozoa, nola?) vemos como aparece la siguiente canción:

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Yo siempre les corrijo a mis alumnos de la siguiente forma:
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 3.3.-Hay dos errores que los principiantes cometen muy a menudo y que el profesor debe corregir continuamente. En primer lugar, la tendencia de algunos alumnos a respirar tras cada nota. Esto, además de afear la ejecución, produce gran fatiga. En estos casos, ha de observarse si se debe al instrumento, por su dureza excesiva, que habría que retirar o si se debe a la inseguridad primeriza del alumno, en cuyo caso habría que insistirle en que no necesita respiraciones tan frecuentes y, si es caso, prepararle ejercicios graduales con los que ir aumentando su resistencia pulmonar.

Otro error muy frecuente consiste en no realizar las respiraciones en el lugar marcado por temor a perder el ritmo, creyendo tener aire suficiente, y acabar formando la capacidad pulmonar, e incluso a veces teniendo que respirar de mala manera en un lugar no apropiado. El profesor deberá insistir al alumno en que realice las respiraciones donde están marcados, aunque en ese momento le parezca poder aguantar sin hacerlo.

3.4.-Las medias respiraciones no evidencian su necesidad hasta que el alumno ha una técnica un tanto notable. Por ello y para no embarullar al txistulari novicio es pretender enseñárselas al comienzo de sus estudios.

Sin embargo, cuando por la dificultad de los ejercicios, estudios y piezas que han de preparar el alumno esta necesidad comience a surgir, es muy interesante que el profesor le prepare ejercicios destinados especialmente al aprendizaje de esta forma de respiración. Esto suele suceder hacia el tercer o cuarto curso de estudios del instrumento.

Publicado en TXISTULARI nº 100, Octubre 1979