Luis Aramburu Martínez de San Vicente

Luis Aramburu Martínez de San Vicente

Pío Luis Arámburu Martínez de San Vicente. Nació el 8 de enero de 1905 en la calle Postas. 16, de Vitoria en el seno de una familia muy musical. Su padre, Juan Santiago Aramburu, nacido en Salvatierra en 1860 y fallecido en Vitoria en 1937 era profesor de música, organista y el primer director dei Conservatorio de Vitoria, constituido en el Campillo en noviembre de 1928. En su hogar se respiraba un clima profundamente musical, puesto que en él se reunían los melómanos mas destacados de Vitoria e interpretaban tríos y cuartetos clásicos de Mendelssohn. Beethoven, etc. Lógico que sus seis hijos, dos chicos y cuatro chicas, se iniciasen con él en la formación musical. Enrique. nueve años mayor que Luis llegó a ser un destacado organista e instrumentista de cuerda de diversas orquestas locales, además de componer partituras de distinta naturaleza

Luis, por vocación y por educación, orienta toda su vida hacia la música. Siendo su padre organista de la Parroquia de San Luis él se inició como tiple y se fue familiarizando con la vida y oficio de los organistas hasta hacer determinados pinitos, siendo todavía muy joven. Estudió Armonía con el carmelita P José Domingo de Santa Teresa. José Domingo Ugartetxea. Cultivó los estudios de piano órgano, violoncelo y trompa, y convalidó sus estudios en el conservatorio de Bilbao

Con la formación adquirida inició una vida de múltiples facetas musicales. Fue director de Eusko Abesbatza de 1934 a 1936, de los coros Vesa en 1937 y 1938 y del Orfeón Vitoriano de 1945 a 1953. Además desde su juventud dirigió el Coro Parroquial de San Miguel. En donde ejerció de organista durante mas de cincuenta años. De 1932 a 1938 estuvo al frente de la Orquestina Vesa y más tarde formó parte de otro conjunto con su hijo Luis María.

Fue durante muchos años profesor de piano en el Conservatorio de Vitoria y Director del mismo desde 1974 a 1979. También lo ha sido en el semanario Diocesano de Vitoria y en el Colegio del Sagrado Corazón además de las clases particulares impartidas en su propia casa a gran número de alumnos.

Esta presencia suya en todos los medios musicales de Vitoria ha provocado el agradecimiento publico y popular, que se ha manifestado en distintos homenajes y concesiones de condecoraciones diversas.

En 1975 el ayuntamiento de Vitoria le concedió la Medalla de Plata de la Ciudad. En 1980 el Celedón de Oro y en 1985 la Medalla de Oro. Ahora es la Asociación de Txistularis del País Vasco la que le otorga su Medalla de Oro por los servicios prestados al mundo txistulari.

EL COMPOSITOR

El acendrado vitorianismo de Luis Aramburu le retuvo siempre en los limites de su ciudad natal. Algo que los suyos han sabido agradecer pero que inevitablemente le convirtió en figura, mas que provinciana, casera. No así su condición de compositor prolífico y gran conocedor de los distintos géneros musicales Su larga lista de obras ha hecho que su nombre se haya difundido no solo por toda España, sino por el mundo entero merced a obras suyas, como el Himno del Congreso eucarístico Internacional de Barcelona, cuyo texto fue traducido a gran número de idiomas, incluido el japonés.

La extensa producción musical de Luis Aramburu arranca de su gran disponibilidad, para complacer a cuantos de Vitoria. Alava o cualquier parte solicitaban su colaboración como compositor sin exigir el ninguna compensación material. A esta cualidad moral debe añadirse su facilidad natural para escribir música, para el tan sencillo como escribir una carta

Hay en la vida de Luis Aramburu una etapa en la que ganaba todos los concursos de composición a los que presentaba alguna obra. Tanto en los del País Vasco, como las Diputaciones de Alava y Gipuzkoa, Caja de Ahorros de Vitoria y Alava, Certamen de Masas Corales de Tolosa, etc., como en otros concursos de Barcelona, Huesca, Guadalajara, Cádiz, Granada, Torrevieja, Linares, Sigüenza, Lucena, Chipiona, etc. En total mas de treinta concursos en que obtuvo premio.

Su dominio de varios instrumentos musicales le ha servido de vehículo importante para abordar la composición de distintos géneros. Sin embargo y a pesar de ser su tarea de organista la de mayor continuidad. Luis Aramburu no ha dejado obra escrita para el instrumento rey, el órgano. La explicación esta en la gran capacidad de improvisación, con la que él está dotado. No ha sentido necesidad de tener ante la vista partitura alguna, puesto que, sentado ante la consola, de sus dedos siempre han brotado torrentes de armonía apropiada a las circunstancias. Sin embargo por eso mismo nos vemos privados de conocer en partituras escritas sus ideas musicales en esta especialidad, como tradicionalmente lo han hecho tantos otros compositores

El estilo desarrollado en tanto pentagrama escrito ha sido parcialmente impuesto por las solicitudes recibidas, con las que manifiesta una cierta condescendencia. Siempre muestra una gran facilidad para la melodía, arropada por una rica armonía no exenta de cierta influencia debussysta. Este detalle es indicador de su permanente inquietud por estar al día, lo que le ha llevado en su última etapa a aproximarse a las vanguardias musicales. Él define así su propia música. «Es algo adelantada, pero no llega a estar en la línea de los Bernaola y Luis de Pablo». Sin embargo tiene una insaciable curiosidad, que le lleva a escuchar y conocer la música de estos compositores.

Con motivo del estreno de su Fantasía para Cello y Orquesta en setiembre de 1986,. obra encargo del Ayuntamiento de Vitoria, como homenaje a Jesús Guridi en el primer centenario de su nacimiento, se pudo escuchar a Luis Aramburu estas palabras «Yo tengo todavía mucho que decir en el sinfonismo vasco contemporáneo Creo que en este campo no soy conocido»

Es evidente que el compositor vitoriano no es conocido como sinfonista vasco. El listado de sus obras presenta un amplísimo porcentaje de Música religiosa: veinticinco misas. Mas de cincuenta himnos a distintas advocaciones marianas y santos patronos, villancicos, motetes, salmos, antífonas, etc. en latín, castellano y euskera. En Música profana nos ha legado un gran fondo de romanzas y obras corales, mas de cincuenta, que son las que mayor popularidad le han dado También ha cultivado muy ampliamente la música para txistu y otras formaciones instrumentales. Pero en música sinfónica su patrimonio se reduce a títulos como Zeazketak, Selección de danzas vascas, Concierto Barroco para Txistu y Orquesta de Cámara, Fantasía para Violonchelo y Orquesta, las sinfónico-corales Dantzari de Dantzarinea. Zeruko Deia y otras obras para grupos instrumentales menores. Estas últimas obras, raramente interpretadas, son exponente claro de la capacidad de Luis Aramburu para la música sinfónica, pero son las que menos popularidad le han supuesto.

SU RELACIÓN CON LA ASOCIACIÓN DE TXISTULARIS

Es de todos conocida la disponibilidad de Luis Aramburu, para poner sus dotes de compositor al servicio de quien las necesite. Sin duda alguna han sido la música de txistu y los txistularis beneficiarios principales de su generosidad. Y esto desde su misma juventud.

Cuando la revista TXISTULARI salió a la luz pública en 1928 en uno de los primeros números de este mismo año apareció el nombre de Luis Aramburu como colaborador Tenia entonces 23 años.

En la etapa anterior a la guerra española de 1936, tres fueron las figuras alavesas que contribuyeron espléndidamente a las publicaciones de TXISTULARI: Jesús Guridi, José Uruñuela y Luis Aramburu, estos dos últimos desde tierras alavesas, mientras que Guridi desde Vizcaya.

Contemplar a Luis Aramburu en esta época, publicando en TXISTULARI su Marcha Vasca, Minué Antiguo, el fandango Judizmendi o dirigiendo el Eusko Abesbatza y montando la Música escénica de Txakolin. Maritxu. nora zoaz? Dantzari de Dantzarinea. Coros de Santa Águeda. etc., es hallar la mejor argumentación para situarle como pieza clave en la promoción del txistu y de la música y cultura vascas durante la década de 1930

Al estallar la guerra de 1936 Luis Aramburu soportó los vaivenes de tipo político y pudo mantener una línea de continuidad en su trabajo.

Con la reaparición de la Asociación de Txistularis y su revista, Luis Aramburu volvió a la colaboración desde entonces con mayor intensidad. No hay duda de que es el compositor alavés que mayor número de obras ha compuesto para txistu, mas de cincuenta, la mayor parte editadas en TXISTULARI.

Pero además ha sabido seguir de cerca la evolución de nuestro instrumento popular y ha contribuido con partituras que suponen una auténtica novedad en el emparejamiento del txistu con otros instrumentos convencionales. Como La caza del oso, San Vitor, Virgen Blanca, Minué Escoriaza-Esquibel, concierto en Re menor, etc.

Ante estos considerandos nos parece de justicia y gran acierto la decisión adoptada por unanimidad en la junta Directiva de la Asociación de txistularis del País Vasco con fecha 9 de noviembre de 1991 «Proponer a la asamblea general ordinaria la concesión de la Medalla de Oro de la Asociación al músico y compositor D. Luis Aramburu Martínez de San Vicente, por los méritos que concurren en la citada persona y como agradecimiento a la labor realizada a lo largo de su vida y de manera siempre desinteresada en pro del txistu y la cultura vasca.

Celebrada dicha asamblea el 26 de enero de 1992, en Vitoria, se aprobó por aclamación la proposición, en medio de un gran aplauso.